
"L21" se llama el satélite espía que será derribado por el gobierno norteamericano, más concretamente, será una operación conjunta entre el Departamento de Estado y la NASA.
Pero el Departamento de Estado omitió un "pequeño" detalle. Existe la posibilidad que falle el plan de los norteamericanos y no puedan destruir el satélite en el aire, cayendo este en cualquier parte del planeta.
El gobierno de los Estados Unidos se ha puesto el parche antes de la herida y señaló que ante la posibilidad de que el satélite cayera en tierra firme prestarán toda la asitencia necesaria al país afectado.
Me parece impresionante el desparpajo con el que los norteamericanos hablan de estos "daños colaterales". Ellos mandan satélites al espacio para espiar a sus enemigos. Luego de que averiguaron hasta el color de los calzoncillos que usan los rusos llegan a la conclusión de que ya está obsoleto y hay que darlo de baja. ¿Como lo damos de baja? Sencillo, lo desactivamos, lo hacemos caer y antes de que entre a la atmósfera lo destruimos. ¿Y si fallamos? Bueno, hay que ver donde cae, y encomendarse a todos los espíritus para que no mate mucha gente. Buen plan ¿no?.
Así que si estos días cuando vaya por la calle rumbo a su trabajo, usted ve un objeto en el cielo caer a toda velocidad, no le quepa duda alguna que el gran plan de los gringos falló.
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