Hay gente que piensa que las primeras veces son las mejores experiencias que tenemos los seres humanos. El primer beso, la primera relación sexual, el primer día de clases, la primera cita, son recuerdos que permanecerán en nuestras mentes por mucho tiempo. La mayoría de las veces la primera vez es un deleite y más aún cuando todas las condiciones se dan para que así sea.
Y ayer fue así. Nunca en casi cien años habíamos vencido a Argentina por los puntos y ayer se puso fin a una historia que hablaba de nuestra eterna inferioridad frene a los trasandinos. Se jugó de manera casi perfecta, no hubo puntos bajos, funcionó el equipo aun ritmo de primer nivel, y se anulo a las grandes figuras de los argentinos. Por que ayer la megaestrella del fútbol mundial Leo Messi fue un verdadero fantasma en el césped del Nacional. Lo mismo sucedió con el yerno de Maradona, Sergio Agüero, que fue anulado por la defensa chilena. Los millones que vales los jugadores de la Argentina no pesaron ayer frente a los chilenos, que con una gran disposición táctica, pero con mucha garra y corazón venció a esta selección de estrellas.
Pero después de la primera vez, viene el resto de la vida. Después del primer beso viene el resto de los besos, no todos tan idealizados, tan recordados. Es por esto que creo en la no idealización de un buen equipo, pero que solo hace tres días cayó jugando desastrosamente en Quito. Debemos aterrizar y trabajar para que nuestra primera vez se convierta en una constante. El domingo eramos los peores, hoy somos los mejores del mundo. Amigos, no es así. No somos los mejores del mundo, ni siquiera somos los mejores de América. Chile es un buen equipo, de eso no hay duda, pero seamos realistas, y hoy nuestra realidad es que vencimos por primera vez a Argentina por los puntos. Disfrutemoslo, pero seamos realistas. Solo el trabajo serio nos dará frutos. Nunca llegamos a nada después de conseguir grandes logros. Después del exitismo tras el empate a cero en Moscú el 73 vino un mundial desastroso para un gran equipo. Después del carrerón del Pato Yañez en Asunción vino el penal de Caszely y la paupérrima actuación en el mundial del 82. Después de la dupla Za-Sa vino un último lugar en la eliminatoria siguiente. No somos los mejores ni los peores, somos un país ansioso de triunfos deportivos, que se ilusiona, y a veces mucho más de la cuenta
Y ayer fue así. Nunca en casi cien años habíamos vencido a Argentina por los puntos y ayer se puso fin a una historia que hablaba de nuestra eterna inferioridad frene a los trasandinos. Se jugó de manera casi perfecta, no hubo puntos bajos, funcionó el equipo aun ritmo de primer nivel, y se anulo a las grandes figuras de los argentinos. Por que ayer la megaestrella del fútbol mundial Leo Messi fue un verdadero fantasma en el césped del Nacional. Lo mismo sucedió con el yerno de Maradona, Sergio Agüero, que fue anulado por la defensa chilena. Los millones que vales los jugadores de la Argentina no pesaron ayer frente a los chilenos, que con una gran disposición táctica, pero con mucha garra y corazón venció a esta selección de estrellas.
Pero después de la primera vez, viene el resto de la vida. Después del primer beso viene el resto de los besos, no todos tan idealizados, tan recordados. Es por esto que creo en la no idealización de un buen equipo, pero que solo hace tres días cayó jugando desastrosamente en Quito. Debemos aterrizar y trabajar para que nuestra primera vez se convierta en una constante. El domingo eramos los peores, hoy somos los mejores del mundo. Amigos, no es así. No somos los mejores del mundo, ni siquiera somos los mejores de América. Chile es un buen equipo, de eso no hay duda, pero seamos realistas, y hoy nuestra realidad es que vencimos por primera vez a Argentina por los puntos. Disfrutemoslo, pero seamos realistas. Solo el trabajo serio nos dará frutos. Nunca llegamos a nada después de conseguir grandes logros. Después del exitismo tras el empate a cero en Moscú el 73 vino un mundial desastroso para un gran equipo. Después del carrerón del Pato Yañez en Asunción vino el penal de Caszely y la paupérrima actuación en el mundial del 82. Después de la dupla Za-Sa vino un último lugar en la eliminatoria siguiente. No somos los mejores ni los peores, somos un país ansioso de triunfos deportivos, que se ilusiona, y a veces mucho más de la cuenta
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