miércoles, 13 de febrero de 2008

Relaciones cívico-militares; un matrimonio no consumado


Esta semana hemos escuchado las críticas del ex Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, quien criticó al gobierno de Michelle Bachelet por no seguir las políticas, en materias de derechos humanos impulsadas por el ex presidente Ricardo Lagos. A juicio de Cheyre se hizo una presión indebida en el caso del ex General Gonzalo Santelices, quien debió renunciar luego de ser acusado por su participación en la "Caravana de la Muerte", una comitiva militar que ejecutó sin juicio a decenas de opositores días después del golpe militar.

Cheyre además acusó al diario "La Nación" de adquirir de manera ilicita en tribunales expedientes de juicios por Derechos Humanos (DD.HH). Señaló que este diario "compra o no se cómo se hace hasta de los cuadernos secretos de los tribunales", afirmó el militar retirado, quien agregó que "debiera ser preocupación legislativa" clausurarlo.

Además critió indirectamente al ministro de defensa Jose Goñi, quien fue militante del MIR, a quien acusó de manera indirecta) de doble estandar y poco respetos a los acuerdos acordados.

Las reacciones no se hicieron esperar, y el presidente del Colegio de Periodistas (que tiene menos peso que un paquete de cabritas vacío) señaló que "lamentablemente, los militares chilenos no tienen la mejor historia, ni la historia más feliz en el ámbito de la libertad de expresión ni de la libertad de prensa". En el gobierno en tanto la voz la sacó el vocero de gobierno, Francisco Vidal, quien declaró que La Moneda se relaciona con los mandos vigentes. Si hay un tema con el Ejército en este caso, el Gobierno dialoga por los conductos regulares con el mando vigente".

Hoy en el diario "El Sur" de Concepción aparece una entrevista realizada al Senador Alejandro Navarro, quien señala que las declaraciones formuladas por el Comandante en retiro son "extremadamente graves" y "que traspasan el límite permitido en la crítica política".

Navarro además dijo que "los dichos de Cheyre son un atentado hacia el Estado de Derecho de Chile, al acusar de ese modo al Ministro Goñi y, además, un atentado contra la libertad de expresión, una agresión a los medios de comunicación y al país, al instar al Legislativo que clausure el diario La Nación, por emitir reportajes y notas que dan a conocer la verdadera verdad, la que él, siendo Comandante en Jefe, o sus generales le ocultaron a los chilenos".

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